Contaminación, grave peligro para el corazón

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La contaminación es un problema de primer orden para millones de personas y afecta a varias áreas de nuestro día a día. Además de las restricciones de velocidad o la prohibición de circular a los vehículos por el centro de las ciudades, tanto las grandes como otras menos pobladas, la polución supone una amenaza a la salud pública, pues según el último informe de la Asociación Europea de Medio Ambiente (AEMA), en España murieron el último año 31.520 personas con la contaminación como agravante de su estado de salud.

Las partículas contaminantes en suspensión, derivadas en la mayor parte de casos de la quema de combustibles fósiles como el carbón o el petróleo, llevan consigo el principal factor de riesgo. Son microscópicas y tan pequeñas que, al respirar aire con normalidad, pasan el filtro de los alvéolos y pueden llegar directamente a la sangre, donde su multiplica su capacidad dañina para el organismo.

“La polución es altamente nociva para nuestra salud y en particular para nuestras arterias, considerándose ya como un nuevo factor de riesgo cardiovascular para el que no hay otra solución que intentar evitarla”, asegura el Doctor José Barrabés, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Caridología (SEC). La contaminación se convierte, por tanto, en una preocupación al alza para los especialistas en cuidado cardíaco.

Contaminación, fuente de problemas arteriales

El pequeñísimo tamaño de las partículas suspendidas permite que se cuelen en los vasos sanguíneos, lugar donde se convierten en una importante amenaza. Una vez en las arterias, se adosan a sus paredes -como ocurre con el colesterol y otras grasas– y paulatinamente conducen a las arterosclerosis, dado que engrosan las paredes arteriales y dificultan el riego sanguíneo adecuado, algo que eleva el esfuerzo del corazón por llevar sangre al organismo y puede degenerar en accidentes cardíacos.

Contaminación

El infarto de miocardio es otra cardiopatía que puede aparecer a raíz de la contaminación, ya que la sangre, a causa de estas micropartículas, ve incrementada su coagulabilidad, esto es, la presencia de plaquetas y su acumulación en forma de coágulos, que pasan a ser obstáculos para la circulación. Una de las reivindicaciones de la SEC es que una ciudad del volumen de Madrid o Barcelona, en caso de ajustarse a las recomendaciones de las entidades en defensa del medio ambiente, podrían reducir hasta en 3.500 las muertes anuales por estas causas.

Contaminación y grupos de riesgo

Como suele ser desgraciadamente habitual en cuestión cardíaca, los grupos de riesgo de ver especialmente afectado su corazón a causa de la contaminación son ese colectivo de personas con hipertensión, cardiopatías previas, diabetes, colesterol o estrés, así como aquellos con problemas respiratorios. A este grupo se incorporan los ancianos y los deportistas que se ejercitan por zonas con una alta presencia de estas toxinas.

Por tanto, las recomendaciones pasan por evitar las áreas con especial alerta por polución y el esfuerzo físico por ellas, ya que el organismo no puede cumplir sus funciones con plenas garantías. Asimismo, como recomendación para combatir la expansión de la contaminación en los núcleos urbanos, la vida saludable también tiene un papel que interpretar en busca del cuidado del medio ambiente.

Reducir la utilización de los vehículos particulares, especialmente los diésel, y apostar por el transporte público es un consejo esencial para disminuir la contaminación. Por tanto, apostar por los desplazamientos caminando o en bicicleta se convierten en vías saludables para moverse y, al mismo tiempo que se cuida del medio ambiente, reforzar la salud personal a base de vida activa.

Desfibrilador.com
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