Los espacios públicos que reúnen a cantidades elevadas de personas son áreas en las que disponer de un desfibrilador es crucial para garantizar el bienestar cardíaco de los allí presentes, que pueden pertenecer a grupos de riesgo o sufrir de alguna clase de complicación en el corazón, así como posibles ahogamientos.
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La prevención es esencial para reducir los ahogamientos que se producen en España cada verano. En 2016 hubo hasta 437 de estos fallecimientos en litorales o aguas de interior.
Las personas que no logran dormir bien son más propensas a sufrir un problema cardíaco. El descanso contribuye a que el corazón funcione de forma más eficaz y prevenga riesgos.
Las clínicas dentales son espacios en los que un desfibrilador tiene una utilidad y prevención especial. Los posibles riesgos cardíacos se pueden solventar en caso de tener uno de estos dispositivos en las proximidades.