
Innovación en los desfibriladores semiautomáticos
Las paradas cardíacas (PC) extrahospitalarias son un problema de urgencia para el sistema de la salud pública. Se estima que cada año se producen en España más de 30.000 fuera del ámbito hospitalario. Esto equivale a una media de una parada cardiaca cada 20 minutos y supone 4 veces más muertes que los accidentes de tráfico. La presencia de desfibriladores de uso público contribuye a reducir significativamente estas cifras.
Cifras de desfibriladores en Europa
En Europa las paradas cardíacas afectaron a unas 700.000 personas en el último año. El 80% producidas por una enfermedad coronaria previa, donde del 19 al 26% de los síndromes coronarios agudos se inician en forma de muerte súbita e infarto agudo de miocardio. Este último es la causa de la parada en aproximadamente el 50% de los pacientes reanimados fuera del ámbito hospitalario.
En nuestro país, cada año 68.500 pacientes sufren un infartos agudos de miocardio, de los que aproximadamente
un 30% fallecen antes de poder ser atendidos en un hospital. España ha publicado en los últimos años una serie de datos que reflejan la supervivencia a paradas cardíacas. Un ejemplo son los datos recogidos de Guipúzcoa, que señalan que logró una supervivencia del 2,2%.
Por otro lado, la fibrilación ventricular es la responsable inicial de hasta un 85% de las paradas cardíacas extrahospitalarias. Tras intensos estudios y seguimiento de casos, las Unidades de Cuidados Intensivos demuestran que la efectividad de la desfibrilación temprana, en la recuperación de un ritmo cardíaco, es del 90% cuando es posible
efectuar la desfibrilación en el primer minuto de la parada cardíaca.
Esta efectividad disminuye muy rápidamente, concretamente por cada minuto de retraso en desfibrilar se reduce la supervivencia en un 7-10%, de forma que después de 10 minutos las posibilidades de sobrevivir son mínimas. Entre los profesionales existe unanimidad en relación con la estrategia que debe aplicarse para responder a la parada cardiaca:
La “cadena de supervivencia” se inicia con la alerta a los servicios de emergencia (112 o 061) de manera inmediata frente a una posible parada, el inicio de la resucitación cardiopulmonar (RCP) básica, la desfibrilación con un desfibrilador y por último, con la llegada de los servicios de emergencia, el soporte vital avanzado en escasos minutos. En estos pasos, la desfibrilación precoz es la calve para la supervivencia.
Avances en la atención de la parada cardíaca
La industria de sistemas de seguridad aplicados a la salud han introducido varias innovaciones diseñadas para hacer que tanto los profesionales como a las víctimas, reciban un tratamiento los rápido y efectivo posible frente a paradas cardíacas.
Los DESA que podemos encontrar en el mercado incluyen elementos como pantallas con información, orientaciones en cuanto al uso del dispositivo mediante a través de voz, la incorporación de un metrónomo que sigue el latido para conseguir compresiones torácicas constantes, capacidad de configurar los idiomas de las indicaciones de manera que las indicaciones de voz y texto puedan ser fácilmente comprendidas por las diversas personas que participan en la emergencia, etc.
En concreto, el desfibrilador DOC de Almas Industries B+SAFE, es un desfibrilador conectado directamente con los servicios de emergencias (112 o 061), donde se incluye telecontrol y geolocalización del dispositivo, gracias al desarrollo de un módulo de control diseñado por el Grupo Almas Industries.

Mayor velocidad de respuesta
La aplicación de la desfibrilación temprana reduce significativamente el tiempo para la administración del tratamiento adecuado (RCP o desfibrilación) en la víctima. Por ejemplo, el encendido automático del desfibrilador cuando se abre una maleta de transporte, así como la conexión de los equipos con llamada automática con los servicios de emergencia.
En definitiva, los desfibriladores han evolucionado de la mano de la tecnología para atender con mayor celeridad y de manera más efectiva las paradas cardiorespiratorias fuera del ámbito hospitalario, con el único objetivo de salvar vidas y que las cifras de mortalidad se vean disminuidas.