
Desfibriladores en gimnasios para cinco millones de corazones
Una de las tendencias más crecientes en los últimos años es la del fitness y la implantación de rutinas saludables y una mayor atención hacia el bienestar de las personas. En España, este movimiento se traduce en el crecimiento de las personas que se alistan a gimnasios o centros deportivos según indica Life fitness el estudio de mercado de 2015 desarrollado por la consultoría Deloitte bajo la solicitud de Europe Active, que desvela que son casi cinco los millones de españoles que son socios de gimnasios a lo largo de todo el país.
Estos registros nos llevan a ser el quinto país de la Unión Europea con más habitantes inscritos en estos espacios, hasta el punto de que, a partir de las indicaciones de este informe, el 10,2 % de los españoles son socios de clubes de fitness, un registro por encima de la media europea. Esta creciente afición genera también un importante movimiento económico y laboral, pues se estima que por el sector fluyen unos 2.134 millones de euros anualmente y genera casi 60.000 empleos, de modo que se convierte así en un agente importante dentro de las actividades de ocio en España.
Los 4,9 millones de españoles que son fieles a los gimnasios lo hacen en los más de 4.300 centros de este tipo repartidos por el territorio nacional, mientras que la gama de edad de las personas que acuden a ellos es amplia, puesto que no son solamente los más jóvenes quienes frecuentan esta clase de instalaciones de ocio y deporte. Por lo tanto, entre esos casi cinco millones de españoles apuntados a los gimnasios hay también personas más mayores y, por tanto, se eleva el riesgo de incidencia cardíaca, un factor que debe tenerse en consideración en cualquier clase de espacio que albergue actividades deportivas.
La mencionada expansión de los socios de los gimnasios ha superado trabas como la subida del IVA del 8 % al 21 % en unos momentos económicos más complicados para buena parte de la ciudadanía, de ahí la proliferación de los llamados gimnasios low-cost, cuyos precios más competitivos han atraído a un importante volumen de deportistas. Sin embargo, esta clase de centros cuentan con un problema derivado de sus estrategias de reducción de gastos, y son los servicios que pueden ofrecer a sus clientes.
En materia sanitaria, aspecto esencial para las miles de personas apuntadas en el gimnasio, los desfibriladores se convierten en equipos que prestan un valor añadido en cardioprotección hacia los usuarios. Así lo señaló el Congreso Europeo de Cardiología, cuyo estudio señaló que la instalación de estos dispositivos podría evitar un 40 % de las muertes súbitas entre los deportistas, por lo que disponer de estos desfibriladores en espacios donde se realizan esfuerzos intensos debe ser un compromiso hacia todos los abonados.
Tan importante como disponer de esta tecnología concebida para recuperar a las víctimas de paros cardíacos es que el personal de estos gimnasios cuente con la formación adecuada en Soporte Vital Básico (SVB) y Reanimación Cardio Pulmonar (RCP). Con esta capacitación, aquellos que más tiempo pasan en estos espacios, que al fin y al cabo son los propios empleados, son capaces de prestar las primeras atenciones al posible afectado hasta la llegada de los servicios de emergencia. Por tanto, la instalación de desfibriladores inteligentes también contribuye a agilizar el tratamiento ante una parada cardíaca, ya que de inmediato envían la geolocalización del lugar a las emergencias, mientras que los sistemas de tele-asistencia van indicando el protocolo que se debe seguir hasta que aparece la ayuda especializada.
Los próximos días 26 y 27 de mayo se celebra en Madrid el evento Gym Factory, la conocida feria del fitness, en la que miles de deportistas se reúnen para conocer las últimas novedades del sector y los servicios que se les ofrecen a estas instalaciones para que sus prestaciones sean avanzadas y completas. La materia de la cardioprotección contará con la dedicación de B+Safe, grupo cuya actividad busca reforzar la concienciación hacia la importancia del bienestar cardíaco y la multiplicación de los sistemas desarrollados para su cuidado.
Una de las máximas de los cardiólogos es “una vida no tiene precio”, así que refuerzan sus reivindicaciones para que toda clase de espacio público, especialmente aquellos en los que se concentran muchas personas o, como en los gimnasios, que impliquen un esfuerzo destacado, se equipen con desfibriladores. A su vez, propagar la formación en RCP es un complemento para que la mayor parte posible de los casi cinco millones de españoles que son asiduos al gimnasio se encuentren cardioprotegidos y puedan desarrollar su afición con plenas garantías cardíacas y sanitarias.