Desfibriladores en la vía pública
Cada vez es más frecuente encontrarnos con las siglas DESA (Desfibrilador Externo Semiautomático) o DEA (Desfibrilador Externo Automático) en lugares públicos. ¿Qué significa esto? Son desfibriladores diseñados para su uso fuera del ámbito hospitalario, con el objetivo de ayudar en la asistencia ante una parada cardíaca.
La parada cardíaca sigue siendo una de las principales causas de fallecimiento en España. Cuando se produce de forma repentina en la calle o en el hogar, es importante que las personas que presencia el paro cardíaco actúen de forma rápida. El tiempo para intentar reanimar a una persona que deja de respirar es de 5 a 10 minutos.
El uso del desfibrilador está recomendado por los expertos para aumentar las posibilidades de supervivencia de la víctima. Son equipos específicamente diseñados para que la población general pueda emplearlos.
La diferencia entre un DESA y un DEA viene marcada por su nombre. Los semiautomáticos (DESA) son aquellos que indican con un botón o similar cuándo hay que realizar la descarga, y aquellos automáticos (DEA) dan la descarga de forma automática.
En ambos casos, el equipo dicta las instrucciones a seguir. La tendencia actual y los más recomendados en el momento son los desfibriladores semiautomáticos, cuya tendencia también tiende a estar conectados con el 112 o 061.
Desfibriladores en las principales calles
Muchos ayuntamientos han apostado por la instalación de estos equipos en calles transitadas o en instalaciones municipales. También en los vehículos policiales o primeros intervinientes, quienes suelen acudir en primer lugar.
Estas iniciativas de Ciudades Cardioprotegidas contribuyen a mejorar el porcentaje de desfibriladores por ciudadanos, aumentando así también la prevención en emergencias cardíacas.
¿Cómo actuar ante una parada cardíaca?
El primer paso es asistir a la víctima y comprobar su estado. Le preguntamos si se encuentra bien y le hacemos un pequeño estímulo de dolor, para comprobar si está consciente o no. Si no da respuestas, comprobamos su respiración observando el movimiento del pecho (también su aliento en situación no Covid-19). Si no respira, comenzamos de inmediato las maniobras de reanimación.
Muy importante pedir ayuda y llamar al 112. Solicitamos que nos traigan un desfibrilador, algunos de ellos incorporan llamada a los servicios de emergencia). Comunicamos que hay una persona que no respira y la ubicación donde nos encontramos.
Tras ello, comenzamos a realizar el masaje cardíaco (RCP) de inmediato. ¿Cómo lo hacemos? Enlaza las manos y estira los brazos, nos colocamos frente a la persona y hacemos 30 compresiones en el centro del pecho. Si nos traen el desfibrilador, lo encendemos y el propio equipo nos dirá los pasos a seguir y el ritmo de las compresiones.
Al colocar los electrodos del desfibrilador, con el pecho de la víctima sin ropa (rompemos o cortamos la camiseta si es necesario), el equipo realizará un electrocardiograma y determinará si la descarga es apropiada o no. Nunca realizará un descarga a una persona si no es necesaria.
¿Qué se necesita para instalar un desfibrilador?
En primer lugar revisar la normativa en cuanto a instalación de desfibriladores de tu Comunidad Autónoma. Estos equipos están recomendados especialmente en espacios públicos, empresas, centros deportivos, hoteles, centros comerciales y aquellas instalaciones o zonas donde exista riesgo o gran afluencia de personas.
A la hora de instalar el equipo tenemos que escoger una zona accesible y visible, garantizar su mantenimiento y que todos los elementos cumplan con las caducidades, y una pequeña formación homologada del personal.
Los desfibriladores se pueden adquirir en renting o en venta. El renting integral garantiza el mantenimiento del mismo, y que el equipo cumpla con unas revisiones rutinarias. Si tienes alguna duda puedes contactar con nosotros.