Accidentes por infarto en la montaña ¿Cómo actuar?
Los accidentes cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en Europa y en nuestro país. El 56% de las paradas cardíacas que se producen fuera del ámbito hospitalario ocurren en los hogares. Sin embargo, sufrir un infarto en la montaña es una situación que se puede dar igualmente.
Existen muchos riesgos que afectan directamente a la salud cardiovascular, como estilo de vida, alimentación, el sexo o la edad. Según un estudio realizado por la Federación Aragonesa de Montaña en 2019 en el Pirineo aragonés, un 23% de los senderistas y un 19% de los encuestados en rutas de “alta montaña” tenían más de 50 años.
De acuerdo a los resultados de la patología médica no traumática de los montañeros y senderistas rescatados, se observó un claro aumento de las paradas cardíacas en los pacientes atendidos.
¿Cuál es el límite de edad para ir a la montaña?
La práctica de actividad física en general es beneficiosa para la salud cardiovascular. Practicar ejercicio al aire libre mejora la circulación, reactiva el sistema cardíaco y ayuda a perder peso. Sin embargo, según los equipos de rescate de montaña, cada vez se dan más casos de emergencias por paradas cardíacas.
Esto puede deberse al aumento de la actividad al aire libre en general. Desde la pandemia muchas personas se han aficionado a practicar deporte al aire libre. En muchas ocasiones sin estar lo suficientemente preparadas para realizar una actividad que requiera un gran esfuerzo físico.
Los beneficios de practicar deporte son evidentes, siempre que se realicen bajo una responsabilidad. En el caso de los deportes de montaña, como el alpinismo o la escalada, supone asumir riesgos que también afectan a la salud de nuestro corazón. Entre otras, por los momentos de estrés y tensión a los que se somete al músculo cardíaco.
La importancia de una prueba de esfuerzo
Existen personas que tienen un riesgo asociado, por lo que son propensas a sufrir una enfermedad cardiovascular. El tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes Mellitus, el sobrepeso y el sedentarismo, antecedentes familiares…
La prueba de esfuerzo es una de los test clínicos más extendidos entre los deportistas para cuidar su salud cardiovascular. Este tipo de test pone a prueba el corazón llevándolo al extremo de sus capacidades en un entorno controlado, como una clínica o un hospital. Los resultados demuestran el estado del corazón, la presión a la que puede someterse, sus límites y si presenta alguna anomalía que pudiera comprometer a su salud.
Gran parte de los montañeros no están habituados a hacerse este tipo de pruebas, a no ser que compitan en pruebas de trail running o entrene habitualmente, practiquen alpinismo a alto nivel, etc. Sin embargo, una caminata con cierto desnivel y/o distancia supone someter al corazón a un nivel de esfuerzo mayor del habitual, por lo que sería aconsejable la prueba.
Paradas cardíacas y montaña
La noticia de un hombre de 42 años que sufrió una parada cardíaca en un trail el pasado fin de semana, vuelve a poner de manifiesto la necesidad de un control sobre el estado de salud de corredores no profesionales.
En países vecinos, como Francia, piden a sus participantes una prueba reciente que demuestre el correcto funcionamiento de su corazón. Otro accidente similar ocurrió en la sierra de Guadarrama, cuando un hombre de 56 años sufrió un infarto cuando se encontraba escalando en medio de una vía.
Es cierto que no podemos evitar todo el riesgo cuando sometemos nuestro corazón a un sobreesfuerzo. Por contra, merece la pena prevenir para correr los riesgos mínimos. Invertir en una prueba de esfuerzo (suelen tener un precio de entre 100 – 150€ en función del detalle de la prueba) debe contemplarse como una elemento más, tan o más importante como unas zapatillas o ropa técnica.